Estándar

Por esos días, nadie ilumina mis ojos como tú.
No deseo resistirme a tu ímpetu.
Es extraordinario el furor que desborda el espíritu cuando te encuentro deambulando en mi mente.

No son las palabras de desconocidos las que pido que se conviertan en tu aliciente, pido que leas entre líneas y allí descubras que cada noche impaciente te espero, que tu voz me lleva a otra dimensión, y que te vuelves luz de luna en la oscuridad.

Estas letras solo pretenden hacer visible lo evidente y que anoche me negué a repetir, te quiero.

JCMO

Deja un comentario